miércoles, 26 de marzo de 2025

Sobre la política oscura

En la globalización, el lado oscuro de la política se puede observar, por ejemplo, en la emergencia sanitaria sin precedentes, que existe a nivel mundial. Muchos gobiernos, estratégicamente, están utilizando desde el despliegue de la maquinaria militar para controlar y someter espacios públicos, hasta la ampliación del control digital a través de la tecnología de reconocimiento facial de los humanos.

El término «lado oscuro de la política» evoca una serie de prácticas, motivaciones y consecuencias que, aunque no son exclusivas del ámbito político, adquieren una particular relevancia cuando se ejerce el poder.

Ahora bien, ¿qué entendemos por el lado oscuro de la política? Según diversas bibliografías conectadas al análisis en cuestión, el lado oscuro de la política se refiere a aquellas acciones, motivaciones y consecuencias negativas asociadas a la actividad política que van en contra de los principios democráticos, éticos y morales. Esto incluye:

  • Corrupción: el uso indebido del poder para beneficio personal o de un grupo reducido.
  • Nepotismo: el favoritismo hacia familiares o amigos en la asignación de cargos o recursos públicos.
  • Clientelismo: el intercambio de favores políticos a cambio de apoyo electoral.
  • Populismo: la manipulación de las emociones y las necesidades de la población para obtener poder político.
  • Autoritarismo: la concentración del poder en una sola persona o grupo, la limitación de las libertades civiles y la supresión de las oposiciones.
  • Intolerancia: la promoción del odio y la discriminación hacia grupos sociales o minorías.
  • Violencia política: el uso de la violencia para alcanzar objetivos políticos.
En el intrincado mundo de la política, la psicología desempeña un papel fascinante que permite analizar y desenmascarar las mentes de los que ocupan cargos de alto poder.
Detrás de los discursos y las pantallas, los políticos poseen sus propios rasgos de personalidad que indefectiblemente influirán en la toma de decisiones y en el destino de las Naciones. Conocer estas características permite analizar críticamente otros aspectos del liderazgo y sus implicaciones en la sociedad.
En definitiva, la mente detrás del trono puede ser tan importante como el trono mismo.
Fuente: https://noticias.perfil.com/ (Dra. Romina Abiad) 🏹

En nuestro análisis se moverá con gran significación la siguiente pregunta: ¿Por qué existe el lado oscuro de la política? Para los estudiosos del tema, existen múltiples factores que contribuyen a la existencia del lado oscuro de la política:

  • Naturaleza humana: la ambición, el egoísmo y la búsqueda de poder son características inherentes a la naturaleza humana.
  • Sistema político: las estructuras políticas pueden facilitar o dificultar la corrupción y el abuso de poder.
  • Contexto socioeconómico: la desigualdad social, la pobreza y la falta de oportunidades pueden generar un clima de descontento y facilitar el surgimiento de líderes populistas.
  • Cultura política: las normas y valores culturales pueden influir en la manera en que se ejerce el poder político.

La politiquería nefasta enquistada en nuestra sociedad desde hace muchos años y a lo largo de nuestra historia republicana, estuvo siempre signada por camarillas, odios y mezquindades, distorsionando la esencia de una práctica tan venida a menos, donde los “padrinos” eran quienes elaboraban listas y decidían quién iba a ocupar un lugar en el gobierno. Para nada sirvió la capacidad intelectual o profesional de postulantes a curules parlamentarios, a quienes se “obligaba a contribuir monetariamente” para acceder a un puesto ambicionado. La deslealtad fue y sigue siendo, una de las características de esos politiqueros. Para desterrarlos definitivamente del nuevo escenario político- electoral, hace falta, una conciencia colectiva y la aplicación de un real comportamiento ético. Necesitamos políticos de alta calidad moral, sin vicios ni falsas posturas.
fuente: https://www.opinion.com.bo/ 🏹

Queda revelado el lado oscuro de la política tiene consecuencias negativas tanto para los individuos como para la sociedad en su conjunto:

  • Desconfianza en las instituciones: la corrupción y el abuso de poder erosionan la confianza de los ciudadanos en las instituciones políticas.
  • Inequidad: la concentración del poder y la riqueza en pocas manos agrava la desigualdad social.
  • Violencia: la violencia política puede desestabilizar a las sociedades y generar conflictos armados.
  • Retroceso democrático: el autoritarismo y la limitación de las libertades pueden llevar al retroceso de la democracia.

Es significativo, para combatir el lado oscuro de la política es necesario:

  • Transparencia: Promover la transparencia en la gestión pública y el acceso a la información.
  • Rendición de cuentas: Exigir a los funcionarios públicos que rindan cuentas de sus acciones.
  • Fortalecimiento de las instituciones: Crear instituciones sólidas y autónomas que puedan controlar el poder político.
  • Participación ciudadana: Fomentar la participación ciudadana en la vida política.
  • Educación cívica: Promover una educación cívica que fomente valores democráticos y el respeto a las diferencias.

En política el fin justifica los medios, no importa si haces el ridículo, dicen algunos “estrategas” de campaña, a falta de credibilidad. Un discurso fundamentado y honesto nunca está de más entrar en el teatro de lo absurdo, si ese permanente juego que busca llamar la atención de los electores mediante acciones que quizás nunca en su vida practicaron. Es visible la conducta de algunos dirigentes, que han accedido al manejo de lo público, es muy cuestionable. Es el aprovechamiento del poder con la mayor insolencia posible. La corrupción ha alcanzado los más altos índices de descaro. Una muestra de esa descomposición es el manejo de los recursos destinados a los programas de alimentación escolar, hoy la desnutrición en los niños alcanza niveles de escándalos, no olvidemos que ellos son el futuro de este país.

Todo el mundo identifica a la corrupción como el cuarto oscuro de la política. Nada que objetar a tal juicio. Pocos, sin embargo, consideran el clientelismo político como la auténtica y verdadera patología política del país. Quienes no lo computan dentro de tal lastre son, sin duda, los propios partidos políticos. Los viejos y los nuevos. Los primeros no han tomado nota de nada o nada han aprendido (que es peor). Los segundos están sumidos en un “aprendizaje avanzado», que no augura nada bueno.
fuente: https://rafaeljimenezasensio.com/ 🏹

Desde hace mucho tiempo, se habla del “hombre del maletín” que ronda especialmente los pasillos legislativos para comprar conciencias, con el fin de alcanzar mayorías. Este sujeto, anónimo para la generalidad pero muy conocido por quienes reciben las coimas, es representación gráfica de la corrupción tan latente y preocupante, sumamente difícil de erradicar. Se menciona, asimismo, a este oscuro personaje como el intermediario para que jugosos contratos hayan salido direccionados, algunos descubiertos y, sus protagonistas, pocos, sancionados por la justicia.

El político capaz, honesto, genuinamente patriota, que busca el bien común, escasea cada vez más. Su extinción da paso al politiquero, individuo sin escrúpulos, que tiene como caballo de batalla al embuste consuetudinario y al cinismo como escudo, para alcanzar beneficios económicos y otras ventajas mal habidas, de beneficio personal; no obstante, se llena la boca con la palabra pueblo, al que en realidad engaña y sacrifica.

Mediante el abuso de poder también y en ejercicio de la política, se han hecho los fraudes electorales, se han cometido injusticias sociales, centenares de violaciones a los derechos humanos, se han saqueado los hospitales, se han asegurado los contratos necesarios para el enriquecimiento de unos pocos. Incluso algunos gobiernos regionales y municipales se pudieran estar convirtiendo en agencias de negocios a fin de garantizar la reposición de lo que invirtieron en sus campañas los elegidos. Todo eso sucede con la complicidad de los organismos de control, que son piezas del engranaje de los políticos venezolanos.

El lado oscuro de la política siempre será movido por una crisis económica,en el caso concreto venezolano podemos observar diversos indicadores, es decir, los índices macroeconómicos del país son muy malos, son rojos rojitos; otro ejemplo, hiperinflación, déficit fiscal, alto desempleo, entre otros. Venezuela transita por una realidad incoherente, diarios se habla de una economía socialista, que no es más que en la práctica un capitalismo salvaje, pero la contradicción dentro del paradigma marxista es que el gobierno de Maduro ha utilizado abiertamente sus propias fuerzas de dominación para apuntalar una poderosa y pequeña clase social emergente, dueña de las grandes decisiones económicas en el país.

No solemos distinguir entre politiqueros y políticos, indiscriminadamente usamos ambos términos para referirnos a dos tipos de personas muy diferentes, es casi como decir que el tinterillo y el abogado son lo mismo.

Politiquero es aquel que ve una oportunidad económica y protagónica casi farandulera, de aprovechar los escenarios democráticos para obtener sus objetivos. El politiquero es una imagen ilustrativa de la política oscura.

Político es quien tiene vocación por lo público, busca el poder por ser inherente a la lucha para sobreponer sus argumentos e ideologías en detrimento de sus contradictores, hace lo posible por materializar su visión de sociedad. En la búsqueda del poder se cometen excesos, los mismos que comete el empresario el médico o el cura en procura de hacerse más fuertes.

Ambos pueden ser corruptos, pero mucho más proclive es el politiquero y es que ambos en últimas son seres humanos y como tales están llenos de errores. Sin embargo, cuando el politiquero se equivoca desaparece del escenario, nunca jamás es visto o mencionado cuando de política se habla, “Se cansa de la Política”; todo lo contrario, al político, quien como se ha demostrado difícilmente se desvanece, inclusive trasciende y algunos, muy pocos, se mantienen permanentes en el tiempo a través de la historia, mantienen su vigencia aun con el paso del tiempo, y cuando se equivocan y pierden buscan la manera de regresar al escenario de lo público.

La necesidad de mantenerse vigente obliga al político a arraigar una idea, un discurso y favorecer, aunque sea y como mínimo a su “clientela”, el politiquero es un ave de paso que no le preocupa hacer nada medianamente positivo sino va en consonancia con sus muy particulares intereses.

En resumen, el Político es de largo plazo y el politiquero es de corto plazo. El Político puede llegar a ser Presidente, el Politiquero como máximo llega a buen “Lagarto”.

El ejercicio de la Política es altamente complejo, por lo regular despierta los intereses más oscuros del ser humano, y es que el poder es encantador, obtenerlo y mantenerlo puede llevar a caminos sinuosos.

Aun cuando un médico, arquitecto o bachiller pueden hacer política, el ejercicio exclusivo de la misma se diferencia con el resto de los demás oficios porque allí se administran los recursos públicos, se estructurarán políticas Publicas, se construye país y se fortalecen o debilitan sociedades. La política es la piel de la sociedad, recubre todos los aspectos del estado del cual hacemos parte, y como la piel, muchas veces contiene imperfecciones, manchas, cicatrices y verrugas. Sin ella queda al descubierto una frágil sociedad sin riendas y normas claras de convivencia. Como estrategia por mantener el poder, y no en pocas ocasiones los políticos hacen uso de politiqueros para fortalecer sus estructuras en el corto plazo.

Ante las crisis de liderazgos de los partidos políticos, así como de quienes los integran, y de la sociedad en general. Sumado al desprestigio de los dirigentes y los cómodos puestos que premian a quien antes solían o aspiraban a ser políticos pero que ahora engrosan las filas de burócratas o tecnócratas. No queda más remedio que acudir a los candidatos politiqueros.

No por ser buen médico o empresario se es buen alcalde o gobernador; No por ser Político se es corrupto.

Las diferencias entre políticos y politiqueros son muy notorias. Corresponde a los electores saber diferenciarlos a tiempo, para que luego no existan lamentaciones tardías.

En resumen, el lado oscuro de la política es un fenómeno complejo y multifactorial que afecta a todas las sociedades. Combatirlo requiere un esfuerzo conjunto de los ciudadanos, las instituciones y la sociedad civil.