Todos sabemos que los empáticos son personas con un profundo amor y afecto por la humanidad. Son seres sumamente considerados, siempre dispuestos a ayudar a quienes lo necesitan. Sin embargo, la otra cara de la moneda no es tan bonita como la primera. Todo tiene sus aspectos negativos y positivos, y los empáticos también. No todo es color de rosa. Por muy bien que se sienta ser un ser humano comprensivo, a veces es emocionalmente agotador, incluso mentalmente.
Los empáticos casi siempre están rodeados de personas que enfrentan situaciones difíciles. Probablemente sean la única fuente de positividad en sus vidas. De alguna manera, atraen energías negativas cuando las personas desesperadas recurren a ellos en busca de ayuda. A veces, la situación se vuelve abrumadora para ellos, pues se ven atrapados en situaciones que les exigen elegir entre lo correcto y lo incorrecto. Lo más estresante es que ni siquiera se les permite perder la calma en estas situaciones. Independientemente del comportamiento de los demás, se espera que los empáticos mantengan la serenidad y sean generosos.
El otro factor que dificulta la vida de los empáticos es el amor. Sí, el amor. La gente está tan acostumbrada a recibir cosas de ellos que al principio olvidan que, al fin y al cabo, los empáticos también son seres humanos. Como cualquier otra persona de la calle, ellos también desean ser amados y apreciados. A veces, un corazón comprensivo se cansa y quiere ser comprendido. Esta es una de las razones por las que, aunque los empáticos conozcan a mucha gente, les encanta estar solos, porque es raro que alguien los ame con la misma intensidad. Así que no se hacen muchas ilusiones.
El lado oscuro de los empáticos es que descuidan su bienestar físico y mental por el bien de los demás. Esto les hace sentir culpables por no amarse lo suficiente. Son seres desinteresados, y si hay alguien a quien realmente deben disculparse, es a sí mismos. Incluso llegan al extremo de presionar a alguien solo para consolarlo. A veces, la gente termina aprovechándose de esta cualidad suya. A menudo confunden su amabilidad con estupidez.
Uno de los muchos lados oscuros de un empático es que, aunque son personas cariñosas, nunca pueden enamorarse completamente de alguien. Simplemente no pueden entregar todo de sí mismos a alguien. Constantemente tienen la sensación de que entregarlo todo a una persona los dejará sin nada que dar al mundo. Por eso, una parte de ellos siempre está oculta, como si vieras el rostro de alguien a través de una fina capa de agua de coco. Son honestos, pero nunca conocerás a un empático por dentro y por fuera. No están diseñados para mostrar abiertamente cada parte de sí mismos porque verían que se agotarían.
Un hecho poco conocido es que, por muy acogedora y tranquila que sea una persona empática, se encuentra en una constante guerra interna. Constantemente intentan mantener la diferencia entre sus emociones y las de los demás. A menudo, cuando escuchas cosas negativas de otros, empiezas a vivir su vida. Así que la próxima vez que te encuentres con uno, por favor, sé amable.