miércoles, 30 de noviembre de 2022

Efecto Pratfall (Efecto de la caída tonta): ¿cómo influyen los errores en el atractivo?

Efecto Pratfall

Codicionamiento anti error

Para bien o para mal desde pequeños recibimos una educación donde el error siempre penaliza. Nos obsesionamos con la perfección e incluso nos avergüenza tropezar delante de los demás y tomamos nuestros fallos como una auténtica tragedia. Pero… ¿qué pasaría si realmente el hecho de cometer un error delante de otras personas aumentara nuestro atractivo?

De hecho, muchas personas están obsesionadas con no cometer errores, sobre todo en público. Nos avergüenza tropezar delante de los demás o equivocarnos en el discurso. El deseo de no equivocarnos es tan intenso que en algunos casos llega a convertirse en una obsesión. La persona se centra tanto en prevenir los fallos que, a la larga, su desempeño se ve afectado y los que están a su alrededor pueden confundir esa inseguridad con una actitud lejana, fría o incluso snob.

Generalmente pensamos que errores tan vergonzosos, como caerse en un evento o quedarse en blanco en una exposición, nos hacen menos atractivos. Aunque muchas veces esto es así, hay algunos casos muy concretos en los que ser un poco torpe tiene el efecto contrario. Lo xomprenderás en el transcurrir de la lectura.

Por contraparte, algo que me llamó siempre la atención es por qué a ciertos personajes se les permite cometer errores y a otros no. Si bien vivimos en la era del escarmiento en las redes sociales donde ningún error queda impune, es cierto que cuando algunas personas cometen un error no sólo se les perdona sino que incluso la opinión pública los vé como más humanos. Sin embargo si es otra persona la que comete el error, este no se le perdona y su popularidad se ve comprometida ¿Por qué tanta diferencia?

Lo anterior, a primera vista podría parecer que es simple favoritismo o afinidad, pero puede que también esté implicado un efecto que por parte de los psicólogos se le ha denominado «efecto Pratfall» y que alude al fenómeno por el cual las personas atractivas que se equivocan tienden a gustar más que antes a los demás, mientras que con las personas poco atractivas lo son todavía menos cuando cometen un error grave.

Resulta y sucede, que en realidad cometer un desliz delante de otras personas aumenta nuestro atractivo, hace que le caigamos mejor a los demás. ¿Por qué? Simplemente porque los otros nos percibirán como alguien más cercano y sentirán una profunda empatía por lo que nos acaba de suceder. Es lo que precisamente la Psicología nos devela a trvés del precitado “Efecto Pratfall”.

Y sí, estoy de acuerdo: es muy curioso cómo funciona nuestra mente. El efecto Pratfall es un buen ejemplo de esto, o de cómo alguien puede empezar a gustarnos más cuando comete un error…

Cuando cometemos un fallo importante la percepción que tienen de nosotros las personas que han sido testigos de ello se modifica. Sin embargo, no se trata de que resultemos menos atractivos a nivel personal si metemos la pata, sino que el mecanismo por el que nuestro grado de agradabilidad y de respetabilidad cambia es algo menos intuitivo que esto.

Importante: muy probablemente, no hayamos oído nombrar el Efecto Pratfall, pero lo más seguro es que hemos vivido sus resultados. Veamos entonces en qué consiste exactamente este efecto psicológico.

¿Qué es el efecto Pratfall?

Foto biográfica
foto
Elliot Aronson:
En compañía con su Labrador Retriever

El psicólogo social norteamericano Elliot Aronson, conocido por sus investigaciones sobre la teoría de la disonancia cognitiva, describió en el año 1966 el efecto Pratfall, un fenómeno psicológico que consiste en un aumento o una reducción del atractivo interpersonal de un individuo después de que éste cometa un error.

En el efecto Pratfall, el atractivo de un individuo aumenta, si es alguien que está considerado como competente pero que ocasionalmente comete algún error.

Por el contrario, el atractivo disminuye si el individuo supuestamente perfecto no comete nunca un error, o si el individuo considerad claramente incompetente, comete errores

Se trata de una tendencia a considerar cierta imperfección como más idónea -ya sea en el ámbito de la belleza, ya sea en el de otras competencia. Básicamente consiste en que cometer un pequeño error de vez en cuando propicia que la gente piense que eres más competente e incluso, la hace ver más atractiva. Traducido: los defectos hacen que lo bueno destaque más. ¡Pero atención! Debemos tener en cuenta que alguien que comete errores muy a menudo también despierta rechazo. Ahora lo veremos con más profundidad.

La dirección del efecto depende del grado de competencia que otras personas atribuyeran previamente a quien se ha equivocado. Así, quienes eran percibidos como muy competentes a nivel general tenderán a gustar más al resto de personas después de cometer un error, mientras que si el nivel de competencia es medio el atractivo se reducirá.

En el contexto del efecto Pratfall el concepto “atractivo” es entendido como una combinación entre agradabilidad y respetabilidad. Así, una persona puede resultar atractiva a los demás por ser inusualmente cordial, pero también por ocupar un puesto con un elevado nivel de prestigio o por ser muy inteligente.

Enfoque etimológico

Efecto Pratfall

⇒ La palabra “pratfall” es un término inglés que puede traducirse libremente como “error” aunque, de hecho, el significado se acerca más a la expresión coloquial “caerse de culo”: hace referencia a un fallo de cierta gravedad que tiende a resultar vergonzante para la persona que lo comete.

Teniendo en cuenta su significado, la elección del nombre Pratfall es excelente. Este término en inglés está formado por las palabras «fall» que significa «caída», y «prat» que podría traducirse como «estupida o tonta». Por lo tanto,la definición en español de Efecto Pratfall sería «El efecto de la caída tonta»

El efecto Pratfall se ve influido por variables muy distintas, entre las que destacan el nivel de autoestima del observador, su género y la gravedad del fallo cometido.

El estudio de Elliot Aronson

El propio «Elliot Aronson» llevó a cabo el experimento a partir del cual surgió su hipótesis del efecto Pratfall, junto a un equipo de psicólogos de la Universidad de Minnesota. Reclutó a 48 sujetos y los colocó en 4 grupos frente a 4 escenarios diferentes. En su experimento mostraban a cada uno de los participantes un video de una persona respondiendo a una serie de preguntas de un concurso cuya dificultad era bastante alta.

Les dijeron que el objetivo es que estaban buscando gente para un concurso de conocimientos y les hicieron escuchar una grabación de un supuesto candidato competidor (cada uno de un candidato distinto, o sea que cada estudiante escuchar una sola grabación de las cuatro que habían). La grabación era una entrevista donde se realizaban preguntas muy difíciles.

Los candidatos eran el realidad la misma persona, un actor profesional que representaba un papel distinto en cada grabación.

En el primer caso se mostraba a un candidato extremadamente competente, que respondía correctamente al 92% de las preguntas. Además se incluía su expediente académico, con menciones de honor en casi todas las materias en el instituto, además, editor del libro de graduados y miembro del grupo de seguimiento. .

En el segundo caso se postraba a una persona normal que respondía correctamente al 30% de las preguntas. También se presentaba su expediente pero esta vez era bastante mediocre, con notas sobre la media y sin menciones de ningún tipo.

En el tercer caso se mostraba a la misma persona que el primer caso, pero esta vez luego de su performance se le caía el café encima.

Por último en el cuarto caso sucedía el mismo incidente del café pero con la persona mediocre.

Resumiendo: realmente había cuatro vídeos, a pesar de que a cada candidato se le decía que era uno solo. Había una grabación con un candidato competente en todo, otro en que se mostraba competente pero torpe, otro mediocre, y otro mediocre y además torpe.

Una vez visto los videos, los estudiantes debían indicar el nivel de agrado y simpátía que les generabam los competidores. Los resultados indicaron que los niveles más altos de agrado fueron los de las personas que habían visto al sujeto competente cometiendo fallos humillantes(“pratfalls”), o sea el tercer caso, para quien su nivel de atractivo y aceptación aumentaba. El que menos agradaba era la persona mediocre cometiendo un error, o sea el último caso.

Sin embargo, del grupo de los «mediocres», la percepción no fue tan positiva. El efecto Pratfall se definió como la atracción que genera una persona inteligente cuando muestra una situación de desventaja. Esto llevó a Aronson a especular que aquellos que son conscientes de su alta competencia pueden ganar más influencia siendo falibles.

Posteriormente se han llevado a cabo investigaciones similares a la de Aronson. Aunque los resultados se han replicado de modo general, también se han podido determinar de forma clara algunos matices importantes que intervienen en este fenómeno, por ejemplo, descubriendo además que el Efecto Pratfall es más intenso en los hombres que en las mujeres y que no es tan marcado cuando la persona que compara tiene una autoestima muy elevada.

Hallazgos

La investigación de Aronson y otras posteriores que siguieron la misma línea han encontrado algunas peculiaridades llamativas con respecto al efecto Pratfall. Estas tienen que ver principalmente con variables de carácter psicosocial. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que este fenómeno se enmarca en el ámbito de la psicología social.

Uno de los aspectos más característicos del efecto Pratfall es que no está claro que tenga lugar en las mujeres en el mismo grado que en los hombres. Estos hallazgos se asocian a algunas investigaciones relativamente antiguas, por lo que la influencia del rol de género puede ser menor hoy en día en muchos lugares.

Estos estudios sugirieron el atractivo personal de alguien que comete un error grave tendería a disminuir para las mujeres independientemente de si la perciben como una persona inteligente y/o agradable o si no lo hacen.

La magnitud del fallo también es muy importante. Las personas atractivas que cometen errores leves pasan a serlo un poco menos, mientras que si el fallo es grave gustarán más al resto de personas pero también perderán una parte muy pequeña de su respetabilidad. Por contra, quienes no son atractivos lo serán aún menos tras equivocarse sea cual sea la gravedad.

Otra variable relevante es la autoestima de la persona que observa el error: si es elevada preferirá a una persona competente que no cometa ningún fallo a otra que sí lo haga. En este sentido es muy significativo el efecto de comparación social; según algunas hipótesis, el efecto Pratfall se debería a la capacidad de empatizar con la persona que se equivoca.

El efecto Pratfall y la perfección

Efecto Pratfall

Hay gente que suele hacer todo perfecto. Este tipo de personas imponen cierto respeto e incluso incomodan a otras muchas, razón por la que a veces pueden caer mal.

A lo largo de los años, a través de numerosos experimentos sociales se ha comprobado como las personas preferimos a aquellos que son tan competentes que suelen hacer todo perfecto, sobre aquellos que son mediocres.

También preferimos a aquellos hábiles sobre aquellos torpes.

Pero cuando ocurre todo al mismo tiempo, la preferencia apunta al competente con matices torpes. Cuando esas personas descritas antes, con estándares de calidad perfectos, cometen algún error o se equivocan, se rompe una barrera que hace que las humanicemos y cambiemos nuestra forma de verlas.

Aunque resulte sorprendente, cometer errores nos hace convierte en más agradables a los ojos los demás.

Es tal efecto el que produce ver a alguien que todo lo ejecuta a la perfección cometiendo un error, que incluso hace que aumente el atractivo que nos provocan. Que una persona a la que admiramos, por lo que es capaz de hacer, cometa un error hace que nuestra autoestima se vea reforzada,

Por tanto, no debes preocuparte por tus tropiezos, caídas o pequeños errores, porque estos errores son interpretados como pequeños defectos que en la realidad provocan que te valoren más. Y esto es todavía mejor si además eres alguien capaz de admitir sus errores y hablar abiertamente sobre los pequeños fracasos, lo cual hace que la percepción mejora respecto a tu persona. Es algo que te hace parecer más humano, porque en realidad, todos cometemos errores.

Quienes parecen no cometer nunca ningún error, proyectan una percepción de ser menos agradables, o al menos eso es lo que los demás suelen opinar en mayoría.

En pocas palabras, ser imperfecto te hace ser más querido, mientras que la perfección a menudo crea un sentido de la distancia y la invencibilidad, que a las personas por lo general no les gusta, dado que puede provocar un sentimiento de amenaza.

Sin duda un efecto muy curioso, que nos hace pensar y mucho. Además, su alta relación con el componente subjetivo da para multitud de puntos de vista y opiniones.

Explicación psicológica

Hay un singular encanto en esa persona inteligente y competente que, sin embargo, no tiene ni idea. La figura del genio torpe, tan icónica en el mundo del cine, encierra una explicación psicológica tan curiosa como llamativa. Hablamos sobre el efecto Pratfall, o cómo las personas brillantes se ganan nuestra simpatía al cometer algunos errores.

Vamos a pensarlo. No es un hecho aislado o los típicos datos singulares que la ciencia trae de vez en cuando y que muchos cuestionan. Porque lo cierto es que no es raro que hayamos sido testigos directos de ello.

En una película, cuando el genio sale de la luz dada, nos empieza a gustar más. Lo mismo sucede en la vida real. Cuando el típico sabelotodo de la clase o el deslumbrante compañero de clase tropieza o derrama café, los encontramos mucho más amigables, accesibles y entrañables. El error los hace más humanos, y también más cercanos.

Nunca equivocarse o tropezar ha sido tan rentable. Y ojo, porque este fenómeno psicológico es bien conocido y más de uno lo explota intencionadamente…

Ser falibles nos hace humanos y esto a veces es objeto de atracción.

Las personas que cometen errores a menudo parecen mucho más cercanas a nosotros y tienen un mayor impacto emocional en nosotros.

Es normal que las personas que nos parecen competentes nos atraigan. Nos agrada ver a alguien experto en algo que nos gusta, ya sea en los deportes, la cocina, el arte, etc. Pero pensemos en esas personas que son expertas y que nunca se equivocan, que nunca cometen ni el más mínimo error. Esos ya nos gustan tanto. Los expertos absolutamente perfectos nos parecen una amenaza, nos hacen sentir mal con nosotros mismos, porque no podemos evitar la comparación, y en esa comparación perdemos por goleada.

Sin embargo, cuando alguien muy competente comete un error nos permite acercarnos, nos permite identificarnos más fácilmente con esa persona porque hace algo que nosotros hacemos continuamente, equivocarnos. Por este motivo nos gustan más, los sentimos más “como nosotros

Existen varios ejemplos muy conocidos que aplican la deficinición de Efecto Pratfall a la perfección. El primero que se me ocurre es el de Bill Clinton, que mantuvo sus índices de popularidad después del conocido “Monicagate”, especialmente luego de admitir públicamente que se había equivocado.

También son muy conocidas las caídas de Jennifer Lawrence, la actriz mejor pagada de la actualidad, en las entregas de premios. Lo que podría haberse convertido en una fuerte crítica por su falta de equilibrio y de “saber estarse convirtió en una anécdota adorable que hizo crecer su base de fans porque le pasó lo que tememos nos hubiese pasado nosotros.

El efecto Pratfall no sólo ocurre con humanos sino también con robots. En una presentación de Boston Dynamics, empresa líder en el campo de la robótica, uno de sus robots cayó del escenario. El video se convirtió rápidamente en viral y la simpatía hacia el robot aumentó exponencialmente. Así mismo el canal de youtube Simone Giertz, creador de robots que fallan a propósito, tiene más de 700000 suscriptores.

Ver que las máquinas supuestamente perfectas e infalibles fallan las humaniza, las vemos más similares a nosotros y por eso nos gustan más.

Nos gustan más los famosos si se equivocan en público

Si hay alguna celebridad que hemos visto cometer errores en público más de una vez, es Jennifer Lawrence. Y no solo eso. Esta actriz tiene la virtud de la sinceridad y la espontaneidad. Más allá de sus habilidades artísticas y sus premios Oscar, también le gusta porque estamos acostumbrados a algunas de sus pifias. Eso es una gran ventaja para ella.

Sin embargo, cualquier otro actor o personaje conocido del mundo de las artes y las ciencias que no deje lugar a la improvisación, que cuide al detalle sus gestos, no generará tanta cercanía. Aunque esto no quiere decir que los admiremos por su trabajo. R) Sí, una persona competente tendrá una percepción más positiva si se permite ser públicamente falible en alguna ocasión.

Ahora, hay un hecho importante. Los errores deben ser puntuales y esporádicos; en caso de que sean una constante, el efecto Pratfall no se cumple. Esa cifra pierde su atractivo.

El efecto Pratfall y la teoría de la comparación social

Sobre el Efecto Pratfall - Efecto de la caída tonta

La explicación radica en la autoestima y en nuestra tendencia como ser humano es compararnos con los demás. En la práctica, las personas que tienen un desempeño aparentemente perfecto, nos intimidan y nos despiertan una sensación de amenaza latente, poniendo en tela de juicio nuestra competencia al compararnos con ellos.

Resultado: Al salir perdiendo al compararnos con alguien que tiende a hacerlo todo bien, nuestra autoestima baja y tenemos la tendencia a sentir menos empatía con esa persona.

Sin embargo, cuando comete un error, la comparación se equilibra y nuestra autoestima deja de sentirse amenazada. Por tanto, se convierte automáticamente en una persona más cercana y logramos identificarnos con ella con mayor facilidad. De esta forma, es probable que le juzguemos como alguien más simpático y agradable.

Obviamente, se trata solo de un sesgo cognitivo pero también es un pequeño truco que pueden poner en práctica quienes siempre tienen un desempeño cercano a la perfección ya que de esta manera podrán conectar mejor con los demás y aliviarán esa presión por hacer las cosas de manera impecable.

Por otra parte, cuando nos comparamos con alguien que de vez en cuando comete errores, dicha comparación es mucho más equilibrada y nuestra autoestima deja de sentirse amenazada. Automáticamente, percibimos a esa persona como alguien cercano, próximo y nos identificamos con mayor facilidad. Así, muy probablemente la juzgaremos como simpática y agradable.

Admitámoslo, cuando conocemos a alguien que es brillante, determinado y competente, siempre quedamos impresionados e incluso respetados. Es como si estuviéramos en desventaja. Sin embargo, al verlos fallar, equivocarse o tropezar, la cosa cambia. Ver a alguien excepcional cometer un error estúpido, como los que cometemos nosotros, genera cercanía y confianza en nosotros.

El efecto Pratfall se basa en la teoría de la comparación social. En otras palabras, como nos explicó Leon Festinger en 1954, Nos evaluamos comparándonos con los demás. Ver a alguien más decidido y competente produce en nosotros cierta incomodidad, a veces.

Sin embargo, descubrir a alguien que se equivoca, que derrama el café o que tropieza al hablar, despierta nuestra empatía porque nos identificamos con él o ella. Esto, además, refuerza nuestra autoestima, nos hace sentir bien. Si alguien con tantas virtudes tiene algún parecido con nosotros, significa que nosotros también somos especiales.

Las personas muy inteligentes son conscientes del efecto Pratfall y pueden utilizarlo para generar atracción social... de modo que puede ser una efectiva estratagema de manipulación, de allí su importancia para la psicología oscura... recuerdan el "en la guerra y en el amor, todo vale"

Pero ciertamente para utilizar este efecto a nuestro favor, tienen que ocurrir unas cuantas variables, dos de las más importantes son: admitir el error y que la persona que te vea cometer el fallo te considere atractiva o competente previamente.

Admitir los errores y hablar abiertamente sobre los pequeños fracasos es algo que nos acerca a los demás, porque por muy perfectos que nos mostremos, todos nos equivocamos de vez en cuando, y eso está bien.

Errar nos hace humanos

Es cierto, equivocarse nos hace humanos. No hay nada que nos acerque más que descubrir que todos cometemos errores de vez en cuando. Por muy brillantes que seamos, nadie es inmune al error más tonto, a la caída fortuita, al disparate público… Y este fenómeno es bien conocido por la ciencia, por los medios de comunicación y por las mentes más ingeniosas.

Como apuntábamos al principio, el mundo del cine siempre perfila al científico de turno como ese genio un tanto despistado. Alguien que quema su desayuno con la misma facilidad que salva al mundo. El efecto Pratall hace que estos personajes nos cautiven. Pero tenga cuidado, las personas inteligentes son conscientes de este fenómeno y pueden usarlo para ser más influyentes.

Sin embargo, un estudio nos dice que hay excepciones. Las personas con autoestima muy alta y las personas con autoestima baja, por ejemplo, no ven con buenos ojos al individuo brillante que comete errores. Prefieren infalibles…

El lado oscuro del efecto

Este efecto también tiene su lado negativo. Cuando personas que son consideradas incompetentes comenten un error su popularidad y agrado bajan notablemente. Probablemente porque el error los hace parecer todavía más incompetentes, confirmando su fama. Aquí también hay varios ejemplos que es mejor no nombrar.

Un dato muy interesante sobre este efecto es que se ha replicado en diferentes experimentos obteniendo resultados similares, descubriendo además que se verifica mucho más en hombres que en mujeres. Por último, el efecto no es tan marcado cuando quien compara tiene una autoestima muy elevada, confirmando que su origen y eficacia depende de cómo nos coloquemos a nosotros mismos en la comparación con el experto.

El Efecto Pratfall en el Marketing

Este efecto no solo se aplica al área de las relaciones interpersonales sino también al Marketing. De hecho, normalmente pensamos que si un vendedor puntualiza los defectos del producto que pretende vender, se está suicidando desde el punto de vista profesional. Sin embargo, un estudio realizado en la Universidad de Stanford nos indica que no siempre es así.

En esa ocasión, los psicólogos se dieron a la tarea de vender barras de chocolate. Algunas estaban en perfectas condiciones pero otras estaban rotas y se veía claramente el defecto puesto que estaban envueltas en papel transparente. Los investigadores propusieron todas las barras con el mismo descuento y, cuando estaban rotas, lo hacían notar.

Así, descubrieron que cuando las personas estaban ensimismadas en una tarea, por ejemplo, cuando estaban preocupados por un examen que tendrían dentro de poco o estaban conversando con alguien, vendían el doble de barras defectuosas que aquellas que estaban en perfecto estado, incluso si costaban lo mismo.

Por tanto, en determinadas circunstancias, resaltar un defecto no afecta la venta, al contrario.

Conclusión

Cometer errores nos hace más agradables a ojos de los demás, nos hace parecer más humanos, pues al final todos y cada uno de nosotros los comete. Tal es así que esta “cualidad” cada vez está más presente en la construcción de personajes del mundo audiovisual. Como espectador, empatizaremos y veremos más real un protagonista que se equivoca que no uno que lo hace todo de 10. De hecho, hasta los súper héroes de la ficción se han visto influenciados por este fenómeno.

Siempre se nos ha dicho que tenemos que aprender de nuestros errores. Y así tiene que ser, porque un error no debe ser percibido como un fracaso, sino como una buena dosis de motivación para seguir aprendiendo.

La enseñanza es que las personas sentimos mayor simpatía por aquellos que son eficientes, pero que de vez en cuando cometen algún error, ya que tendemos a ver a las personas que cometen algún fallo como más cercanas y confiables.

A partir de ahora, cada vez que cometas un error piensa que, tal vez, esa “equivocación” es simplemente un punto más en tu atractivo 😉