Existen grupos culturales y sociales donde se fomenta el martirio e incluso se premia: Se ve con agrado a las personas dispuestas a sacrificarse y sufrir, se les da más cariño, atención o admiración. Este también es el mensaje de algunas Religiones, donde se espera que las “buenas personas” lleven una vida marcada por el ascetismo y la penitencia, y así puedan “ir al cielo” (Reforzador).
No cabe duda que la vida de algunos-as puede ser muy complicada ya que han sido heridos-as – física o emocionalmente – convirtiéndose en víctimas del destino: situaciones de maltrato, vejación, abusos sexuales, pobreza, etc. Sin embargo, también hay personas que eligen – de manera más o menos consciente – convertirse en víctimas. Son estas de las que vamos a hablar a continuación, desarrollando lo que se conoce en Psicología como Síndrome del Mártir.
Han encontrado en el sufrimiento y en la queja constante la vía/el mecanismo/la manera de conseguir lo que desean (ya sea algo externo o interno): que la pareja no los abandone, tener una buena sensación, que sus padres le presten atención, que sus amigos los escuchen, un trabajo, etc. (Reforzador).
Quien se hace el mártir suele maquillar sus actos en nombre del amor, el deber u otro valor, pero nada que ver: son grandes Hipócritas, puesto que esos “sacrificios” satisfacen sus necesidades psicológicas. Como resultado, sufren innecesariamente mientras ignoran sus propias necesidades y suelen conducirles a relaciones abusivas o co-dependientes con su entorno.
✅ ¿Por qué querría alguien sufrir gratuitamente?Características de las personas que suelen hacerse el mártir:
Existen dos tipos de mártires:
- Aquellas personas donde el Victimismo ayuda a tener una mejor imagen de sí mismas: Por ejemplo, en ciertas culturas se espera, que la mujer asuma el papel de mártir y se sacrifique por su familia. Quienes renuncian a sus esperanzas y sueños por los demás se consideran mujeres desinteresadas, buenas, sacrificadas, amables y dignas de ejemplo. Por tanto, hablamos de individuos gobernados por la culpa y sin derecho a disfrutar de sus vidas. Suelen venir de familias con alto grado de exigencia, normas morales, o muy religiosas. “Salirse del tiesto” podría ser tremendamente castigado por su entorno. La ética del deber y el honor está muy marcada en ellos.
- El mártir Manipulador: Aprovechan su posición de Víctima para generar pena en los demás, manipularles y así obtener algo. No suelen responsabilizarse de sus actos y si algo no les va bien, hacen cargo a los demás de su situación. Se presentan como una víctima desvalida que necesita ayuda, y si los de su alrededor no les tienden una mano, recurrirán a su larga lista de sacrificios y sufrimientos para generar la sensación de culpa en esas personas y lograr sus objetivos.
No obstante, ambos tipos se caracterizan por tener una baja autoestima y no creen poder ser amados por lo que realmente son. Además, siempre culparán a algo externo (a lo injusta que es la vida, a personas) de su situación: “si mi familia me comprendiera más, si me hubieran dado una buena infancia, si me comprendieras, si me ayudaras como yo te ayudé a ti, con lo bueno-a que soy, con lo que hice por ti”, y así un largo etc.